Introducción al libro

Mi verdadera vocación no se revelaría hasta los 30 años de edad, cuando enfermé de una patología supuestamente incurable y escribí un diario de vida real sobre mi experiencia con el padecimiento de más de una década.

Me tomó años; 9 para ser exactos, pero finalmente fue publicado en inglés ya que pensé que tendría más lectores - y estaba en lo correcto - y, la verdad, solo quería compartir mi experiencia y aportar mi granito de arena a quienes sufrían con la misma maldición. Y, vale la pena agregar, me curé por completo.

Poco me imaginaba entonces, que esta especie de altruismo nuevamente descubierto me llevaría a comenzar a poner mis primeras palabras aquí, pero para llegar a un grupo completamente diferente.

Pero la motivación de este escrito es realmente un conjunto de vivencias, aprendizajes y momentos compartidos con amigos y conocidos, todos hombres de mi generación, quienes cercanos a sus 40 se han visto nuevamente, lo quieran o no, en el “mercado de solteros”.

Cuando estos hombres terminan sus relaciones de largo plazo, lo natural es que asuman que las cosas no han cambiado mucho en las relaciones heterosexuales, ya que no habían cambiado tanto por siglos, y esto con las mujeres mayores de 35 años no ha cambiado considerablemente; pero no podría estar más alejado de la realidad si no es el caso. De hecho yo he estado sin pareja de largo plazo por casi 8 años e incluso a mí, que he vivido estos cambios continuamente, no me termina de sorprender - o más bien, impresionar - la velocidad de las alteraciones en protocolos, formas y estrategias que son de normal uso en virtualmente cualquier cortejo moderno.

Aunque parte considerable del contenido proviene de experiencias, la gran mayoría de las aseveraciones y juicios de este libro están respaldadas por estudios y publicaciones serias de autores referentes en sus materias, como biología evolutiva, antropología, psicología, sociología y otras ramas de la ciencia que cruzan las anteriores, como la sexología.

Los hombres nacidos en los 70’s crecimos con diferentes imágenes femeninas comparadas con las del mundo de ahora; sin redes sociales y definitivamente sin el frenético feminismo de los tiempos que corren, que no es algo negativo en sí, pero que definitivamente ha forjado las nuevas reglas de conquista sobre todo frente a una mujer menor de 35. Y es este último punto el que incluso ya no cobra tanto valor, ya que la conquista en sí es un arte casi perdido, al igual que la caballerosidad. Siempre hay excepciones, pero las mujeres ya no son seres a quienes “convencemos” de querer compartir su intimidad con nosotros. Las nuevas mujeres son más viscerales, habiendo adoptado roles que tradicionalmente han sido masculinos. Si esto es natural o socialmente inducido es algo que discutiremos en su propio capítulo.

Para encuentros rápidos lo que más cobra importancia es el atractivo físico. En clubes, bares y fiestas la superficialidad domina en gloria y uno vale básicamente por como se ve y por nada más. Pero cómo llegamos a esto? Simple, por la nueva igualdad en varios aspectos entre hombres y mujeres. Este es un cambio que ha tomado literalmente milenios en llegar, y por lo mismo es justamente el ahora el que presenta los mayores desafíos y obstáculos, pero también las mayores recompensas para quienes se adapten.

Para los hombres que nacimos los ‘70 las mujeres que se besaban rápidamente con un tipo una noche y otro a la siguiente eran tildadas de “sueltas” y hasta de “putas”. Para qué decir de las que tenían sexo con alguno que no fuera su novio. Hoy por hoy, mis propias amigas cuentan abiertamente sus aventuras, encuentros y desencuentros sexuales con otros hombres y a nadie se le levanta una sola ceja en asombro. De hecho casi no pierden valor alguno como pareja potencial por relatar dichas experiencias. Los derechos en este sentido están prácticamente equiparados. Así, las damas de hoy eligen a su pareja sexual temporal con poco más que sólo una mirada, de la misma forma que por milenios lo hemos hecho la mayoría de los hombres.

Por otro lado, cuando el plan es una relación, o al menos una pareja con algo de proyección, las cosas también han cambiado bastante, pero en menor medida, y son dignas de otro análisis totalmente diferente, aunque el enlace inicial comparte características con el de las parejas sexuales para una vez, a los que nos referiremos como ONS (de one night stand, en inglés); esto último sobre todo cuando la relación estaría partiendo en un ambiente nocturno donde las personas, en su mayoría, no andan buscando a nadie para una relación.

Los tiempos que corren presentan retos para los hombres en el mercado y obviamente si estás soltero a esta edad luego de un matrimonio te verás tentado en emparejarte nuevamente con la primera mujer algo atractiva que te preste atención, ya que por sí es un cambio que parece positivo luego de una prolongada monogamia; pero parte de mis misiones es mostrarte que tus opciones están mucho más abiertas de lo que crees. Hablaremos mucho sobre nuestro propio valor.

Uno de los temas más interesantes que trataremos es el de las mujeres menores. Para nadie es secreto que a los hombres de nuestra edad nos gustan, a menos que te hayas estado engañando seriamente. No hay que avergonzarse por ello; esto se debe simplemente a una imperativa biológica arraigada en nuestros genes que nos impulsa a preferir mujeres que inconscientemente identificamos con máxima fertilidad. Quizás veas a estas mujeres de 10, 15 ó incluso 20 años menores como inalcanzables, lo que no puede estar más alejado de la realidad.

En resumen: olvida todo lo que creías que debías hacer para tener cualquier tipo de relación con una mujer de los tiempos que corren, ya sea amistad, sexo casual, una relación estable o volverte a casar. Este no es un libro para instruirte en seducción, ni para manipular al sexo opuesto, sino para ser la mejor versión de ti y navegar en estos tiempos turbulentos en tu relación con las mujeres. ¿Interesado? Sigue leyendo...